domingo, 8 de junio de 2014

Cambiemos los cuentos de Hadas


Casi todos los cuentos de hadas, no muestran un príncipe  guapo, valiente y fuerte. Y la versión  femenina, la princesa (siempre en apuros) tierna, frágil y dulce. Se conocen, se enamoran locamente  (amor a primera vista) y el príncipe acaba rescatando del algún peligro a la princesa...Y fueron felices y comieron perdices. Tristemente, esos roles siguen  existiendo hoy en día.

Durante muchas generaciones, al hombre le enseñaron que debía ser fuerte, no debía de llorar (no expresar ninguna emoción), el portador de alimento y sustento de la familia. A la mujer le enseñaron a ser la mejor ama de casa, niñera, y estupenda para la estabilidad del hogar. En la relación de los dos, a ella le enseñaron a mostrase como un ser inferior, a no mostrar todo su potencial, girar la cabeza hacia el otro lado delante de los despistes masculinos (vamos Barbie), a él como un ser superior , responsable de la felicidad de ella (frágil y que necesita ser rescatada) y por supuesto se le esta casi todo permitido: Machista (arriba Ken) ¡¡¡Claro!!! ¡¡¡Es que los hombres son así!!!! : habló la sociedad. 

Desde la liberación de mujer,  la posterior incorporación al mundo laboral y muchos años de por medio, cambian los roles masculinos y femeninos. En lo que en la pareja se refieren,  ambos son colaboradores en las tareas del hogar, en cuidar de los niños, y en proveer de alimento a la familia. Aquí él ya no es responsable de rescatar a nadie, ella es tan capaz como él, ya no hay excusas para estar dentro de ninguna mala relación. Ambos se convierten en 2 socios, ambos responsables que la empresa funcione (relación).

Esa es una realidad descrita de una manera simplista de lo que debería ser la interacción entre hombre y mujer, entre dos almas evolucionadas ¿Pero cual es la otra cara de la moneda? 

En pleno siglo XXI ¿Cuantos hombres se sienten con la responsabilidad de rescatar a las mujeres? O sea Kens ¿Cuantas mujeres buscan a un hombre que se haga responsable de los deberes que ellas mismas deben hacer? Barbies ¿Se muestran ellas como seres inferiores? Barbies. ¿Cuántas mujeres siguen soñando con encontrar su media naranja, alguién que como acción divina les complete como seres humanos? ¿Cuántos hombres se comportan como príncipes azules? ¿Cuantas mujeres  se hacen las lerdas mientras ellos van de cama en cama? ¿Cuantos hombres soportan que su mujer tenga amante? ¿machistas? ¿hembristas?

...¿será el mundo una exposición de Barbies y Kens? No, desde luego hay personas evolucionadas.

Hace poco empecé a leer un libro, “los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus”, sinceramente no lo pude acabar de leer, por que para nada se asemeja a ninguna de mis relaciones con el sexo masculino. Y por supuesto pienso que esos comportamientos son de personas poco evolucionadas...Los hombres cuando están preocupados se meten en una cueva, no son accesibles emocionalmente, las mujeres somos como una ola, ... ni nunca he tenido cambios de humor, ni de emociones de ese tipo, ni mis parejas han sido inaccesibles emocionalmente.  Y por supuesto, siempre he podido contar con que mi pareja me escuche sin responsabilizarse de solucionar mis preocupaciones, que para eso yo soy suficientemente capaz.  

Si nos remitimos a la historia, a los cuentos de hadas y las películas de Hollywood, toda y cada una de ellas nos idealiza el amor, de manera romántica y mágica donde por si solo fuera una formula química magistral que no diera un antídoto suficientemente potente para que podamos ser Barbies y Kens eternamente, seres incompletos en busca de medias naranjas que nos complementen ....y fueron felices y comieron perdices.

Mis queridos príncipes y princesas, si bien es cierto que enamorarse es un proceso químico que se produce en nuestro cerebro, y somos incapaces de saber por que nos enamoramos de una persona y no otra. Ello tiene el mismo efecto que si fuésemos drogadictos y tuviésemos un auténtico mono por la otra persona. Muchas veces nos enamoramos de la persona totalmente incorrecta (valores muy diferentes a los tuyos, comportamientos intolerantes...)   o bien el amor se termina por una de las partes ¿Qué hacemos en este caso? Nos seamos Barbies y Kens y traguemos los intragable. No, ¡maduremos!

Luchemos por nuestra dignidad e igualdad,  busquemos relacionarnos con personas que el mismo nivel de evolución que el nuestro. Empecemos por enamorarnos de nosotros mismos y tratémonos como si fuésemos nuestro gran amor. Luchemos por ser nosotros mismos la persona que nos gustaría encontrar. 

Llevo mucho tiempo reflexionando sobre todo esto, me he dado muchos cascarrones en mi vida, creo que puedo decir que los he utilizado para aprender. Sin cada una de las personas que ha pasado por mi vida, nunca lo hubiese conseguido, así que eternamente agradecida. Y por supuesto agradecer a Rosetta Forner, cada uno de sus libros y mensajes.


...Y soy feliz