Y zas.... un buen día te despiertas, y ALGO ha CAMBIADO dentro de TI... no viene de la nada, no es un acto divino pero....¡¡guauuuu!!!! ¡¡¡Estas eufórica!!! y por supuesto, lo tienes que celebrar.
Destapas tu mejor vino blanco, te sirves una copa, y empiezas a cocinar esas delicias que has comprado exclusivamente para ti.
Es una noche mágica y especial, el fabuloso silencio de la noche te transporta a un mundo donde reina la paz. Sin música, sin espejo, con pijama... te inundan un sinfín de sensaciones placenteras; mientras cocinas entre sorbo y sorbo de vino blanco.
Te sientes como si hubieras cruzado desiertos, dunas, montañas, campos de rosales; sol, arena, barro, tierra, lluvia, viento, tempestades...
Arañada, sucia, con la ropa hecha añicos, .... y de pronto ahí a la vuelta de la esquina, hubieses encontrado cobijo... Algo se ha colocado dentro de ti.
Es un lugar cálido, familiar, pero no del todo conocido. Por fin, tu ejercito de soldados descansa..
Por fin, ¡lo has soltado! y empiezas a escribir:
ADIÓS
Un hasta nunca, hasta el infinito; es un adiós cálido, agradecido, es un adiós de esos “siempre te guardaré en mis recuerdos”, es una adiós de “fue suficiente”.
Es un adiós que se sentó cara a cara conmigo, un adiós que ha removido mis entrañas, un adiós que me ha marcado con fuego. Un adiós triste, frustrante e impotente, pero es un gran adiós, de esos que tu cuerpo pide, pero el bombardeo de tu corazón no puede pronunciar, es un adiós natural, de esos que viene mucho tiempo después de un final. Es uno de esos que llora, por que a tu corazón le toco encarar.
Es un adiós tremendamente lejano a ti, un adiós con lágrimas, un adiós que cuida cicatrices.
Es un adiós de GRACIAS
Es un adiós anhelado, deseado, es un adiós que todo mi cuerpo pedía a gritos y que por fin siento y puedo escribir.
Cuando los soldados vuelven a casa...algo descansa dentro de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario