jueves, 15 de septiembre de 2016

Una cena de verano



Y llegará este día que alguien te hablará de ella entonces disimula, no digas nada, prepara tu mejor sonrisa, y ríete.

Brinda con ella, por lo que vivisteis, por la ecuación acabada de resultados intransigentes, y sonríe.  Sé prudente, disimula, ríete de las palabras que entendiste, brinda por tu felicidad, por la libertad, por haber mantenido tu seguridad, por tenerlo todo bajo control.

Ríete vamos, de las locas palabras que te soltaba, de su libertad, de sus sueños… De su loca manera de entenderlo, de su lucha, de la tuya, de vuestras guerras, de vuestras despedidas… Ríete de absolutamente  todo. Y brinda!!! eso si disimula. Que no se note demasiado. No le hagas caso a tu alma, esa que te dice, ¿¿¿y si???? contraargumenta sus mensajes, dile que eras su capricho, dile que nunca su amor hubiese sido eterno, dile que eras su juegue de verano, dile … contraarguméntalo todo, además contéstale, si ella puede estar con quien quiera… vamos explícaselo, intenta mantener tu alma tranquila, una y otra vez y no te culpes… 

Vamos y luego cuéntale : Ella demasiado  ella,  increíblemente seductora, ella desafiante, valiente, intrépida … incrédula, luchadora. Demasiado de todo para que estuviese a mi lado.

Pero cuéntame y dime ¿ por que apareció en tu vida?

Vamos, no creas en las coincidencias, desafía los límites de lo físico una y otra vez y pregúntate:

¿Cuál es el mensaje?


Mi querido amigo, dice Elisabeth Gilbert, en un párrafo de su libro “Come, ama y reza”; Un alma gemela auténtica es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida. Es la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros. Pero ¿Vivir con un alma gemela para siempre? Ni hablar. Un alma gemela llega a tu vida para quitarte un velo de los ojos y se marcha.

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